Quebrada de Humahuaca (Argentina), cómo ver los paisajes de colores
La Quebrada de Humahuaca es uno de los destinos más interesantes en un viaje de turismo por Argentina.
Está situada en el extremo norte del país, en la provincia de Jujuy, que limita con los países vecinos de Bolivia y Chile.
Se conoce con el nombre de Quebrada de Humahuaca al valle de unos 150 kilómetros de longitud tallado por el río Grande.
El apelativo de quebrada para este valle hace referencia a ser estrecho y estar cerrado por laderas empinadas, así como a su función de paso entre montañas.
Este valle es la vía de comunicación más sencilla entre el altiplano andino y las pampas, y por eso ha servido desde tiempo inmemorial como lugar de paso entre ambas zonas geográficas.
Toda la información al detalle
Quebrada de Humahuaca, Patrimonio de la Humanidad
En la Quebrada de Humahuaca se han encontrado huellas de presencia humana desde hace al menos 10.000 años.
Al ser considerada una vía de comunicación jugó un papel importante en la expansión del imperio inca, en los siglos XV y XVI.
Algunos puntos concretos de la quebrada forman parte de Qhapaq Ñan, el sistema vial incaico que, utilizando infraestructuras más antiguas, sirvió para estructurar el imperio y que está inscrito por la Unesco en la lista del Patrimonio Mundial.
Por si fuera poco, la propia quebrada también es considerada en sí misma un lugar Patrimonio de la Humanidad por su importancia histórica y cultural como nexo de unión entre las tierras altas bolivianas y las llanuras argentinas.
Los numerosos restos arqueológicos y arquitectónicos situados en un medio natural muy bien conservado la convierten en testigo privilegiado de la historia del continente.
La quebrada también tiene un papel importante en la historia de la república ya que aquí se desarrollaron acontecimientos decisivos en la lucha por la independencia de Argentina.
Por tanto, las huellas de diferentes periodos hacen de este valle un repaso de momentos importantes de la historia del continente.
Paisajes de colores en Quebrada de Humahuaca
Sin embargo, a pesar del inmenso valor cultural de la zona, es probable que el principal atractivo turístico de la quebrada sea la naturaleza, concretamente la belleza muy peculiar de sus paisajes.
La erosión de las laderas por el río ha dejado al descubierto diferentes estratos sedimentarios de materiales de distintos colores, y todo ello ha creado en muchos lugares unas espectaculares estructuras superpuestas de vistosos colores.
Además, en algunas partes los estratos que han quedado a la vista están plegados y crean formaciones que se pueden describir como olas o dientes de sierra o tiburón.
Qué ver y hacer en Quebrada de Humahuaca
En este paisaje tan peculiar aparecen varios pueblos con una tradicional arquitectura de adobe y pequeñas iglesias coloniales.
Allí se han añadido en los últimos años buenos alojamientos y restaurantes una gran variedad de tiendas de artesanía y muchas agencias que ofrecen todo tipo de actividades y excursiones por la zona.
Muchos de estos pueblos, creados en la época colonial, servían como lugares de descanso en la ruta del correo que unía Buenos Aires con la ciudad minera de Potosí, ya en el altiplano boliviano.
En el verano austral (en los meses de diciembre, enero y febrero), la Quebrada de Humahuaca es un destino turístico muy solicitado por lo que muchos hoteles están llenos y los precios suben bastante.
Nosotros visitamos la Quebrada de Humahuaca dentro de una ruta más amplia por el noroeste de Argentina que empezó en Tucumán y había seguido por el Valle de Tafí y los Valles Calchaquíes hasta llegar a Salta.
Purmamarca y el Cerro de los Siete Colores
Desde esta ciudad recorrimos la Quebrada del Toro y Salinas Grandes para llegar a la Quebrada de Humahuaca en Purmamarca.
Purmamarca es un pequeño pueblo de unos 500 habitantes que se encuentra a tres kilómetros de la carretera principal que sigue la quebrada.
Su principal atractivo es que está situado al pie del Cerro de los Siete Colores.
Este cerro es una de las formaciones geológicas más extrañas de toda Argentina, por lo que es un destino turístico muy conocido.
Una caminata de unos tres kilómetros por los alrededores, entre formaciones rocosas de colores imposibles, es una de las actividades imprescindibles para hacer en cualquier visita a la quebrada.
El pueblo en sí también es muy atractivo, con casas de adobe y una pequeña iglesia del siglo XVII rodeada de algarrobos centenarios. En la plaza, todos los días se levanta un mercadillo de artesanías, sobre todo de tejidos.
Qué ver en una ruta desde Purmamarca
Al salir de Purmamarca enseguida se llega al cruce con la ruta 9, que es la que hay que seguir ahora para recorrer la quebrada.
Enseguida se pasa por la Posta de Hornillos, una de las etapas del correo virreinal que transitaba este camino y que enlazaba lugares tan distantes como Lima y Buenos Aires.
A continuación se llega a Maimará, otra de las típicas poblaciones del valle.
Lo peculiar es que se encuentra bajo la llamada Paleta del Pintor, una de las formaciones geológicas más vistosas de la quebrada.
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Los plegamientos de los estratos de la montaña quedan a la vista y crean un conjunto muy colorido.
Pueblo colonial de Tilcara
Tilcara es uno de los pueblos más importantes de este camino. Su iglesia, en la plaza, donde hay un mercado de artesanía, es un buen ejemplo del estilo colonial de la zona.
En las afueras hay un pucará, una antigua fortaleza prehispánica no muy bien reconstruida según algunos.
Situado en lo alto de un cerro, domina estratégicamente toda zona. La entrada sirve también el Museo Arqueológico situado en una casa colonial en la plaza.
Por los alrededores se pueden hacer varias caminatas interesantes.
La más conocida es la que lleva a la garganta del Diablo, por donde cae una cascada.
El camino continúa hacia el norte y pasa por un pequeño monumento que señala el Trópico de Capricornio antes de llegar a Urquía.
Iglesia de Urquía y sus pinturas cuzqueñas
En la iglesia de San Francisco de Paula de Urquía, que es una de las más interesantes de toda la zona, hay una buena colección de pinturas de la escuela cuzqueña.
Es una serie de ángeles arcabuceros, vestidos con curiosos ropajes y armados con arcabuces en lugar de espadas. Estas representaciones fueron muy habituales durante el periodo colonial en Sudamérica.
Justo frente a la entrada se levanta otro pequeño mercadillo de artesanía.
A medida que se asciende por la carretera, la vegetación se hace más escasa.
Al final se llega a Humahuaca, el punto final de nuestro recorrido.
Es la población mayor de la quebrada y para algunos es la más atractiva.
Hay que pasear por sus calles flanqueadas por casas blancas centenarias en busca de la gran iglesia frente a la plaza y el edificio del cabildo.
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