Plasencia en 1 día, qué ver en la ciudad monumental del norte de Extremadura
Si te gusta pasear por una ciudad monumental con trazado medieval, Plasencia, al norte de la provincia de Cáceres en Extremadura, es una visita de turismo muy recomendable.
En los últimos años he tenido la ocasión de visitar varias veces esta ciudad, pues si bien Plasencia no es capital de provincia, por su tamaño y población, unos 40.000 habitantes, está considerada como la gran ciudad del norte de Extremadura.
A lo largo de la historia, Plasencia ha tenido una gran importancia, y en la actualidad es el centro de la actividad económica en esa zona de Extremadura.
Un reflejo de ello es el vanguardista edificio de su palacio de Congresos, que no hace mucho tiempo que fue inaugurado.
Precisamente he visitado Plasencia para asistir a un par de congresos profesionales, pero también aprovechando escapadas a rincones tan interesantes como el parque nacional de Monfragüe o, la más reciente, a disfrutar del Valle del Jerte en otoño.
Pues, efectivamente, si bien Plasencia bien justifica por si misma su visita, al estar ubicada muy cerca de ambos enclaves naturales no debes perder la ocasión de visitarla si planificas una escapada a Monfragüe o al Jerte.
Toda la información al detalle
Curiosidades de la historia de Plasencia
Con una larga historia con orígenes en la época de los celtas y posterior presencia de los romanos, en tu visita de Plasencia ahora puedes ver la configuración de una antigua ciudad medieval que se constituyó a finales del siglo XII.
En concreto fue en el año 1196 cuando Plasencia fue fundada por el rey Alfonso VIII en el contexto de la guerra con los musulmanes.
Tras una nueva reconquista a los almohades, fue en 1201 cuando se abordó construir las murallas, de las que todavía quedan diversos tramos en los que se abren varias puertas para dar acceso al centro histórico.
Un hecho destacado fue cuando en 1442 pasó a manos de Pedro de Zúñiga por una concesión Real, hasta que en 1488 la ciudad pasó a control de los Reyes Católicos.
Hechos destacados fueron la boda de Juana la Beltraneja y el rey Alfonso de Portugal, o que Fernando el Católico eligiera a Plasencia como lugar de residencia durante un tiempo.
Como consecuencia de ello, durante el siglo XV la ciudad tuvo un gran auge al residir en Plasencia buena parte de la nobleza extremeña que dejó un gran patrimonio monumental y artístico que ahora puedes ver en tu visita.
Otra muestra actual de la importancia histórica de Plasencia es su gran protagonismo en la Ruta de Isabel la Católica en Extremadura.
Qué ver y hacer al visitar Plasencia en un día
A la hora de plantearte una visita de turismo de Plasencia, te diré que es una ciudad que puedes conocer en un día, y en tu recorrido deberás centrarte en su centro histórico, pues los principales monumentos y rincones se ubican dentro de lo que queda del antiguo recinto amurallado.
La ciudad se extiende a partir de su céntrica plaza Mayor, y en tu paseo por sus estrechas calles verás numerosos edificios palaciegos, iglesias y antiguos conventos.
Muralla medieval de Plasencia
De la original fortificación de finales del siglo XII y principios del XIII, ahora quedan algunos tramos y puertas.
Así, de los 75 cubos que llegó a tener la muralla, aún puedes ver 20, así como las puertas del Sol, Trujillo, Berrozana y la Torre Lucía.
En la puerta de Trujillo, rincón que no debes de dejar de ver, se encuentra la Ermita de la Salud, con una bóveda de cañón, y en la Torre Lucía se ubica el Centro de Interpretación de la Ciudad Medieval de Plasencia.
Plaza Mayor, centro de la vida de Plasencia
La plaza Mayor es el centro de la vida de Plasencia.
Siempre con un gran ambiente, en ellas verás las terrazas de los bares situados en las galerías porticadas que se extienden por buena parte de la plaza.
El edificio más destacado es el del ayuntamiento, del siglo XVI con estilo de transición del gótico al renacentista, el cual está culminado por una torre de reloj donde podrás ver a la figura del Abuelo Mayorga, un icono popular de Plasencia.
En otro orden de cosas, en la plaza también te llamará la atención el edificio más estrecho de Plasencia, y te “chirriará” la arquitectura de un edificio rojizo que se levantó en 1936 para tapar la visión desde la plaza de la iglesia de San Esteban.
A destacar el gran mercadillo que los martes tiene lugar en la plaza Mayor de Plasencia, donde además de frutas y verduras, puedes comprar productos de artesanía de hierro y marroquinería.
Si vas un viernes, podrás ver otro mercadillo de frutas y verduras.
Desde la plaza Mayor, camino de la catedral, pasarás por la citada iglesia de San Esteban, donde se casó el poeta Gabriel y Galán, y por el edificio del mercado.
También podrás ver el edificio gótico flamígero del Convento de las Claras, actual sede del Centro Cultural Municipal y de la Oficina de Turismo de Plasencia.
Catedrales Vieja y Nueva de Plasencia
Quizás también te sorprenda encontrar una catedral en Plasencia, lo cual es el reflejo de que solo tres años después de su fundación ya disponía de sede arzobispal con jerarquía sobre Medellín y Trujillo.
Con un caótico diseño exterior, en realidad se trata de dos catedrales construidas de forma sucesiva y superpuesta a partir del siglo XIII.
Cuando llegas ante el gran edificio catedralicio, seguro que te llamará la atención su peculiar configuración, si bien está claro cuál es la entrada principal, la cual encuentras en la plaza de la Catedral.
Pero viendo su exterior, con un gran edificio central y una peculiar torre campanario no habitual en una catedral, no tienes claro si estás ante un edificio inacabado, o uno semi-derruido, si bien en realidad se trata de las dos cosas a la vez.
Para entenderlo, te diré que en el siglo XIII se construyó una primera catedral de estilo románico, transición al gótico, de la que exteriormente destaca su fachada oeste.
Ahí puedes ver una portada románica, con los característicos arcos de medio punto.
Pero a finales del siglo XV, en concreto, en 1498, se decidió iniciar la construcción de una nueva catedral, ya de estilo gótico-renacentista, obra que asumieron los más importantes arquitectos de la época.
¿Y cómo se decidió abordar la obra? tal como se hacía en aquella época.
En vez de derribar el antiguo edificio, se inició la construcción de la nueva catedral solapando el edificio sobre la antigua catedral, de forma que la nave central de la nueva se corresponde con el edificio anterior.
Pero en 1578 se paralizó la obra, y aunque se retomó durante un tiempo en el siglo XVIII, finalmente la catedral quedó inacabada.
De esta forma, ahora cuando visites la Catedral de Plasencia, entrarás en el edificio de la Catedral Nueva, desde el que por su interior podrás acceder a lo que queda de la Catedral Vieja, la cual está separada por un muro.
La Catedral Vieja es de estilo de transición del románico al gótico, y exteriormente destaca su bonita portada románica con arquivoltas, la cual encuentras orientada hacia el oeste.
Cuenta con tres naves, y junto a ella puedes visitar un claustro de estilo cisterciense, zona que está habilitada como un museo, con acceso de pago.
Por su parte, la catedral Nueva es de estilo renacentista y en el exterior te llamará la atención la gran portada de estilo plateresco que quedó sin finalizar, mientras que en el interior verás una suntuosa decoración con pan de oro.
Destacan sus altas bóvedas nervadas, así como el retablo Mayor de estilo barroco, del siglo XVII, y el coro y el órgano, ambos de estilo plateresco.
Palacios en la plaza de la Catedral en Plasencia
En la plaza de la Catedral también puedes ver otros destacados edificios.
En concreto, el palacio Episcopal de estilo renacentista, la casa del Dean, del siglo XVII, o los contiguos palacios de los Condes de Torrejón y Doctor Trujillo, de estilo gótico plateresco.
También puedes ver el edificio del antiguo Hospital de Peregrinos fundado en el siglo XIV, con una fachada renacentista, el cual ahora es la sede del complejo cultural Santa María.
Plaza de San Nicolás en Plasencia
Te diré que la plaza de San Nicolás es mi rincón favorito de Plasencia.
En este enclave y sus alrededores es donde puedes sentir mejor la importancia histórica de esta ciudad extremeña, con el palacio de los Marqueses de Mirabel como gran protagonista.
Es un edificio del siglo XV con una patio neoclásico de dos plantas.
Bajo el edificio puedes ver un gran arco que los propietarios tuvieron que abrir tras un juicio que duró 150 años con el fin de dar acceso al antiguo Barrio Judío de Plasencia.
Iglesia de San Nicolás
En el otro lado de la plaza, frente al palacio, puedes ver la iglesia de San Nicolás con una portada románica de transición, y en su parte posterior se abre una pequeña plaza donde se ubica la Casa de las Dos Torres.
Del siglo XIII, se trata del palacio más antiguo de Plasencia, con portada románica y fachada neogótica, y en el mismo se alojó Fernando el Católico.
Parador Nacional de Plasencia, antiguo Convento de San Vicente Ferrer
Al fondo de la plaza de San Nicolás se encuentra el edificio del antiguo Convento de San Vicente Ferrer, sede actual del Parador Nacional de Plasencia.
Fue construido por los Señores de Zúñiga en el siglo XV, y para ello derribaron una zona del antiguo Barrio Judío, cuya comunidad fue trasladada a casas situadas en las calles aledañas a la actual plaza Mayor.
Cuando paseas por esas calles puedes ver placas que te indican el nombre del judío propietario de la casa que había en un determinado lugar.
En este convento de dominicos, por lo que también era conocido como Santo Domingo, destaca un bonito claustro renacentista o la antigua sacristía que se decora con azulejos de Talavera.
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Sin duda el de Plasencia es uno de los mejores paradores desde el punto de vista de su interés arquitectónico.
Además de los indicados, durante tu visita o estancia en el puedes ver muy interesantes rincones, como la escalera al aire de la cafetería, una gran obra arquitectónica, o comer en el antiguo receptorio.
Acueducto de Plasencia
Finalmente, quizás te sorprenda saber que en Plasencia hay un acueducto.
El Acueducto de San Antón fue construido a mediados del siglo XVI para suministrar a la ciudad del agua de las sierras cercanas.
Comer en Plasencia, tapas y raciones más típicas
Durante tu visita a Plasencia, para disfrutar de la gastronomía extremeña quizás prefieras comer de tapas frente a sentarte en la mesa de un restaurante.
Si es así, te voy a recomendar varias tapas típicas que puedes comer en Plasencia y dónde puedes hacerlo.
En la plaza Mayor de Plasencia, en su lado norte, casi enfrente el Ayuntamiento, tienes el Bar Español, un establecimiento fundado en 1920. Aquí puedes degustar la palomita (ensaladilla rusa sobre corteza de trigo) y la morcilla de kiko (tapa típica de matanza con hígado encebollado).
Aparte, tienes una amplia oferta de raciones típicas de esta zona de Extremadura.
Muy cerca de este bar, según sales, a la derecha, en el callejón contiguo conocido como calle de los Vidrieros, está el restaurante cafetería Succo, donde además de poder degustar sabrosas tapas de paella valenciana, también puedes probar el zorongollo extremeño (tapa de patatas, pimiento, jamón y cebolla).
Y otra recomendación es ir al bar La Pitarra del Gordo, situado en el lado este de la plaza mayor de Plasencia.
Aquí la tapa típica es la patatera (chorizo, patata cocida, grasa de cerdo, ajo y sal), de la que también hay una versión preparada con calabaza, la calabacera.
Estas tapas las puedes acompañar con oriundo y recio vino de Pitarra, servido directamente desde las barricas de barro.
Mapa: dónde está y cómo llegar a Plasencia
La ciudad de Plasencia se encuentra al norte de la provincia de Cáceres, en Extremadura, a una hora al norte de la ciudad de Cáceres y a dos horas y media al suroeste de Madrid.
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